Tras la fugaz visita a Haridwar, la siguiente parada en el camino seria Rishikesh. Autoproclamada la capital mundial del yoga, desde que los Beatles se retiraron en uno de sus famosos Ashrams, para intentar poner fin a los diferentes problemas ,que les llevarian tiempo despues a la separacion, es hoy un centro turistico de tremenda afluencia. Banyanda por el Ganges, es el nacimiento espiritual del rio. La ciudad se encuentra protegida por empinadas montanyas de muchisimo desnivel, donde crece una espesa selva, que segun cuentan esta poblada por animales salvajes, como tigres, o exoticas aranyas.
Al llegar, segun paseaba por las calles, algo habia en el ambiente que me hacia sentir bien. Me gusta. Me quedo aqui unos dias. Tuve la suerte de conocer y compartir los 8 dias que estuve con una entranyable pareja, Carol y Carlos, de Vigo y Cabo Verde respectivamente, con los que disfrute de un cursillo intensivo de Yoga, y de soleadas tardes en las playas del Ganges, asi como de el amistoso ambiente del "little Budda", el bar de moda de la ciudad regentado por un grupo de simpaticos nepalis, que sin duda, nos dieron una tregua a nuestros estomagos, que empezaban a estar algo saturados del arroz con curri, y el chapati.
Ambiente internacional, gran cantidad de musicos con sus instrumentos, largas conversaciones en las que las palabras "caracol" y "velocidad de la luz" se prouncian en la misma frase, librerias tapizadas con la portada de "El Alquimista", y otros titulos de Cohelo o Pack Chopra.... Si, definitivamente me encuentro en mi sitio.
Este punto de encuentro, donde un dia estas tocando junto a un flautista profesional australiano, que ha decidido hacerse monje budista en Sri Lanka, al siguiente te encuentras cenando con alguien que vivio en el mismo pueblo que tu en Lake Tahoe la pasada temporada, tiene algo magico. Algo que todas las personas con las que comparti estos dias, afirmaban sentir de la misma forma. Quiza sea el hecho de que salga renombrado en todas las guias de viaje.O quiza sea el Ganges, y sus playas. Sea lo que sea, Rishikesh invita a desafiar la idea de que las cosas pasan por casualidad.
Me encanta ;)
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